viernes, 5 de octubre de 2007

Paseando

Nuestro último paseo fue al barranco de Arico, ha garrapatear por las paredes como ya es costumbre.
La roca estaba algo húmeda, se ve que había llovido la noche anterior, pero eso no nos desanimó, sobre todo al crack del norte Migue que venia con una fijación Mónica la Diabólica, esto fue visto y no visto, llegó, calentó y subió.




Hay que decir que yo mientras tanto siguiendo instrucciones de la presidenta me aventuré en otra cercana, la cual debido a mi pésimo estado tanto físico como mental me costó más de lo debido, pero al final toque cáncamo, eso sí con caída y macanazo en el codo incluido, nada que cuando no es el día pues... no es el día.



La presidenta en su línea ascendente como siempre, escalando como solo ella sabe hacerlo y la tesorera pues igual que un servidor algo baja de moral y de fuerza. La próxima vez irá mejor.



El día al final acompaño, Lorenzo hizo acto de presencia, secando la piedra y calentándonos a todos, tal vez demasiado diría yo.



Como siempre buena gente, buen día y buenos amigos en un sitio que nos encanta, por lo menos a mí.



Lo único que quiero recordar es que para caerse y partirse la espalda no hace falta estar en un techo a 20 metros o en medio de un 7c. A unos pocos metros del suelo y con una exprés en la mano a unto de chapar también te puedes caer y estropear no solo un día de escalada sino mucha más.



Hasta la próxima



Ya se lo de las fotos, pero entre la cámara y el fotógrafo pues...

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