miércoles, 23 de julio de 2008

Alguién dolido responde...

Gracias por olvidar, gracias por perdonar, en mi corazón está ya grabado en fuego tu desgracia.
Al girar en la curva y retomar el camino de la roca, no pensé ni por un instante que algo malo te pudiese pasar.
Mi inconsciencia y comodidad, me pudo doblegar, al girar mi cabeza y mis rizos dejar atrás pude ver la impaciencia de algunos por marchar.
Mi cabeza volvió a girar; asegurar, desmontar y bajar, en medio de todo eso y para poder apresurar, mi mano manchada aún de magnesio se acerca a mi barbilla., acaricia la correa antes de bajar.
El sol y las miradas agobian, el sudor corre por mi frente, entra en mis ojos, me obliga a llorar. Mi mano tienta el mosquetón para poder anclar a mi ángel de la guarda. El sudor me hace dudar, la correa se desliza como arrastrada por el mismísimo demonio. Me acaricia antes de volar.
Cae, cae. Mis ojos fijos, intuyen el desenlace fatal, levanto la cabeza miro hacia el horizonte, he cometido un error fatal.
Me descuelgan lentamente hasta donde el murmullo no se hace esperar. Miradas de reojo, comentarios
Yo callado y con la cabeza baja no quiero ni mirar, ¡ para qué! Ya se lo que voy a encontrar. El guardián de mis rizos en el suelo, llorando está. Y yo no tengo ganas de hablar, sólo con mirar no necesito nada más.
Me giro coloco mi vista en otro lugar, vuelvo a empezar, comienzo nuevamente a atacar la piedra, pero ya nada es igual.
Mi cuerpo en la piedra está, mi cabeza mucho más allá, esta con el casco amigo que quiso aprender a volar. Esta con mi estupidez, torpeza tal vez.
Abajo siguen los cuidados y el agobio por marchar, mofa hacia mi persona por ser incapaz de poder frenar el vuelo de un amigo que no quería volar.
Error al girar, error al soltar, error que yo no podré olvidar por que a los amigos a los que se ama no hay que dejarlos llorar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

...que todo valga para sacarle provecho a la vida, que si es a través de algún traspiés preferentemente que lo reciba yo y no tu, démonos la mano de nuevo.

Tortuga

Chinita dijo...

Nadie en su sano juicio pretende que nada malo le pase a su compañero de cordada...mucho menos que sufra...ni que pensar cabe que ocurra lo peor.
Las equivocaciones las tenemos todos, somos humanos y no somos perfectos...pero tenemos la virtud de perdonar y ante todo de saber apreciar/conservar a un buen amigo.