Lo quiero todo. Aunque no tenga nada.

Pues tocó paseíto, así que cogimos un poco de agua, algún bocadillo rancio, el tabaquito y mucho peso como de costumbre, por aquello de entrenar los gemelos por si se tercia, y nos marchamos al sur.

Básicamente a lo de siempre, ver piedras y despejar la mente.

¡Oh! vaya si la despejamos. Las piedras que encontramos preciosas.

Un bonito recorrido circular con tramos de, como diría Jaime cubano extremo y como diríamos nosotros pues “a nuestra puta bola” y tan a nuestra puta bola que partimos hasta los bastones, esto pasa por comprar barato. Pero el paseo mereció la pena.

Loma va, loma viene, pasamos el día la mar de entretenidos mirando todo con ojos de chiquillo el día de cumpleaños.

Después de un estupendo y enyugón almuerzo, toco saludar a manitú. Así que nos liamos unos cigarritos para aguantar el retorno y la verticalidad que nos acechaba.

Alguna caída, algún pico, bueno bastantes y por todos lados y algunas fotitos más tarde regresamos nuevamente al coche, eso sí probando por el camino el toldo vivaque ANPB porque el 2010 se presenta de vivaqueo.

La espalda respondió más o menos y la rodilla bueno se mantuvo, así que volveremos a pasear en breve.

La próxima prometo cambiar el agua del coche o por lo menos quitarle los renacuajos a la botella.

Por cierto, si alguien ve un barquito de papel, es mío. Zarpó hoy con rumbo desconocido.