La montaña tiene ese “algo” que une a desconocidos convirtiéndolos en un breve espacio de tiempo en conocidos. Gente de distinta índole que gracias a una pasión común son capaces de sembrar rápidamente la semilla de la amistad y esta, una vez germinada, permanecerá indeleble como drago milenario.
Este fin de semana recibimos la visita de un amigo que por motivos de trabajo recalo en la isla. Así que una vez puestos en contacto quisimos enseñarle algo de nuestro paisaje. Una de las mejores vistas es sin duda desde la cumbre de la Catedral. No íbamos a dejar que se fuese sin que sus ojos recorriesen nuestro paisaje desde tan privilegiado altar.
Ascendimos como si de un paseo se tratase, disfrutando en cada metro. Seguidos de cerca alguien más se estrenaba en esto de mirar desde arriba.
Después de un rato de trepada y mucha conversación con el amigo Madclimber, Ramón, pudo disfrutar durante un rato de lo que nosotros tenemos tan cerca y a veces no valoramos como se merece.
Conversación distraída en cumbre, historias de aquí y de allá, en definitiva pasión por la montaña.
La buena gente, siempre es y será bien recibida en este pedazo de piedra volcánica anclada en el Atlántico.
4 comentarios:
El hombre que se lleva los platos del bar, jiji.
Tortuga
Una pena no poder acompañaros junto a este amigo, pero mis obligaciones actuales me impidieron la visita.
Me alegra que lo pasaran bien ;)
Salu2
Una pena la verdad, pero seguro que tendremos alguna otra oportunidad para conocerte. Ya sabes que serás bien recibido. Saludos a Ramón.
Tortuga
Una pena la verdad, pero seguro que tendremos alguna otra oportunidad para conocerte. Ya sabes que serás bien recibido. Saludos a Ramón.
Tortuga
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