Tiempo, solo tiempo

Por estas fechas cumplimos un años más haciendo lo que nos gusta, que es trepar, aprender, buscar, mirar las nubes, sentir el aire en la cara.

Con el paso del tiempo se entienden cosas que antes no se entendían y se refuerzan otras en las que ya se creía, aunque lo importante permanece inalterable cual montaña rusa, con subidas y bajadas, como todo en esta vida.

Hemos conocido a gente, gente interesante que nos ha aportado mucho, amistad, conocimiento, puntos de vista. Se dice que un buen termómetro para medirse a uno mismo son los amigos con los que cuenta, sean muchos o pocos, lo importante es la calidad y de la calidad de los amigos podemos dar fe sin lugar a dudas.

Son tiempos de taladro y también a veces de olvido. El patrimonio de los escaladores es algo tangible que hay que mimar porque solo ellos, nosotros somos sus guardianes. No se puede llegar a la pared sin antes hacer la aproximación sea ésta corta o larga, pero hay que avanzar aprendiendo y ganando algo día a día para que el sendero que nos lleve sea también gratificante. Da igual si uno es un aficionado o un apasionado o se gana la vida con ello, eso no es óbice para ayudar y proteger algo que en estos tiempos cada vez se torna más frágil, muchos son los peligros que todo ese patrimonio corre, peligros que todos conocemos pero donde no todos se implican y esto es importante, muy importante.

Las palabras y párrafos en un ordenador solo son eso, simples destellos de luz en una pantalla que únicamente cobran sentido cuando invertimos algo de tiempo en pensar en ellas.

El valor de las palabras viene dado por el sentido de los gestos, el sentido de los gestos “a veces da sentido a la vida”.