¡Qué hermoso paraje este de La
Pedriza! Pareces estar en otro mundo cuando te adentras en él, con tantas
siluetas en piedra, sus planicies, sus cabras, un decorado de cantos.
Como eso de la adherencia no lo tenemos
por aquí, pues nos lanzamos a probarla y nos fuimos a La Pedriza,
empezando por el risco de La Tortuga, haciendo una vía de esas pa’ ir
tanteando, la elección fue la ASA, y nos pareció algo fácil pues su largo
máximo era de IV, así que decidimos probar algún
V.
La Tortuga |
Al día siguiente nos vamos pal
Yelmo con 1h30’ de aproximación, a probar su cara sur y con la idea después de
ir a la norte,
y comenzamos por la combinación de las vías Walkiria+Ziggy Stardaust,
con un primer largo de V+ y un segundo de V, y ¡chas! aquí hay que venir una
semana como mínimo pa cogerle el tranquillo a esto, nos decimos.
Ya en La
Cabrera habíamos probado algo de adherencia, quintos y sextos y nos pareció
duro, pero a mi parecer es diferente lo de allí, a lo de La Pedriza.
La Sister le mete al primer largo
con decisión, y la dejo de ver en breve, ya que pasa a la otra cara del
gendarme y cuando yo llego a la parte de V, caigo un par de veces ¡qué suerte
ir en yoyo!, pero alucino cómo se lo ha mandado la Noe, puesto que no es sólo
la adherencia en la que mis pies no consiguen conectar, sino que las chapas
están a tomar por saco, es la tónica de La Pedriza nos dice la cordada que va
por encima de nosotras, además añaden que si vamos a la cara norte alejan más
todavía ¡puf!,
así que cuando llegamos a cumbre y después del curioso descenso de El Yelmo con su pasadizo (también es el camino para subir andando al Yelmo) optamos por ir a la zona del Rompeolas,
donde son facilitas para continuar tomándole respeto a esto de adherirse a la
roca, así que de quintos na, na nai de la china, hasta cogerle la medida,
y por
ahí andamos los días desgastando los pies de gato, de sector en sector, temerosas de meternos en los
quintos, jajajajaja.
Y como todo no podía ser
adherencia, nos fuimos a Patones a hacer algo de deportiva, que nos costó su
rato encontrarlo,
la gente nos miraba un poco raro por eso de ir con cuerdas
dobles, jajaja, pero nosotras a lo nuestro.
Y como nos quedamos con falta de
algo más, el último día y apurando las horas para no perder el avión nos fuimos
pa’ La Cabrera a hacer la Rivas Acuña.
Ya había gente en todo el Pico la Miel y
mientras subimos ya vemos que hay gente en “la nuestra”.
Llegamos al pie de vía
con la agradable sombrita de sus árboles, después de hacer algo de tiempo,
comenzamos con nuestra última vía por estas tierras,
con un primer largo en cuyo comienzo tiene una
placa muy lavada asegurada por un párabolt que se agradece, pero el resto es fisurita
que es lo que nos gusta y pa’ arriba, buena de proteger.
El 3º largo aborda una canal donde se puede ir
metiendo cómodamente los friends con reunión a la izquierda.
El 4º largo sigue algo
más por la canal hasta abrirse. Pasas a una buena fisura a izquierdas para pasar seguidamente
por un bloque por su derecha, seguimos avanzando por terreno fácil hasta que
unos pocos metros antes de alcanzar la cima montar la R ¡ya la cuerda tira
bastante!, y salir ya desencordadas desde ésta y tomar la cumbre.
...y a reorganizar la maleta que nos vamos.
Un viaje lleno de vivencias, de tensiones, de relax, de que todo no es escalada y que este laberinto sigue enseñándome nuevos senderos.
Gracias Noe.
Tortuga
2 comentarios:
Ya estoy deseando planear y dusfrutar la siguiente escapadita sister !!!
La Delegación provincial de La Pedriza aquí, se llama " La resbaladera"
Publicar un comentario