martes, 27 de agosto de 2019

Que bien me supo. La Palma




Hace unos días organizamos una expedición de reconocimiento a La Palma, algunos de nosotros no habíamos pateado sus montes, así que para ya embarcamos.

Viendo que en bajada flaqueamos, (algunos somos de rodilla facilona), tocó rectificar y sólo la Ruta de Los Volcanes lo hicimos cuesta abajo, a ratos, todo hay que decir.

La cosa nos cuadró estupendamente, al tiempo que mermaban las fuerzas crecía lo guapo del lugar.



En el pateo de los Nacientes de Marcos y Corderos, subimos a la sombra entre el ronroneo del agua, y el verde del paisaje. 




Los helechos se vinieron arriba, todo hay que decirlo.
Agua fresca para aminorar el cansancio y más con calor. La bajada curiosa, jodiendo más un fisco piche al final, que todo el descenso, los gemelos que son caprichosos.

En el pateo del Barranco las Angustias, en la Caldera de Taburiente fuimos por el cauce hasta el final, vimos la Fuente de Colores y entre medio, nos dimos algún baño, todo hay que decirlo.

La subida fue otro cantar, por esas cosas del destino ese día hacia algo de calor y claro, nosotros por el reventón, como su propio nombre indica. Ya en el aeropuerto nos echamos unas risas, que no es para reír por las máximas alcanzadas.

La poca sombra se alió con nosotros llevándonos de una a otra hasta conseguir nuestro objetivo. El final, los preciados charcos, fue algo que no se puede describir. El músculo agradecía y padecía la temperatura, bastante fresca, pero te ponía las pilas.

Organización del evento
Luego otro pateito para los más fuertes en busca de la locomotora, pero ni se inmutaron, “tan fuerteSSSS”.
Su paisaje nos recordaba otros lugares. La verdad es que un sitio realmente bonito, que habría que visitar por lo menos una vez en la vida, para así poder apreciar lo magnífico y místico que tiene la Naturaleza.

El equipo de intendencia estuvo ahí dándolo todo.

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