miércoles, 29 de julio de 2020

Paréntesis entre un COVID


…Aunque tuvimos que cancelar el viaje programado a tierras lejanas por esta inundación del COVID, conseguimos billetes para cruzar el charco y conseguir pasar sin navajas en el aeropuerto, jiji.


Siempre es un placer disfrutar de nuevos paisajes, nuevas rocas que acariciar y volver a respirar, y en lo posible, sin la mascarilla.

Y andábamos buscando lo recóndito, lo lejano, esas de las que decimos: aproximación 45 min, material todo, jaja. Escalada, pateos, madrugones, también hay que decirlo, porque el tiempo en el Valle parecía no dejarnos tregua para escalar sin estar pendiente de la meteorología, pero conseguimos organizarnos y cumplir con los sueños de algunos, con las esperanzas de otros, con el equilibrio de un grupo entre cordadas Daikiry y Rusos Blancos.



Placer al ver el amanecer entre las montañas, marchando con la roca, mientras el paisaje en cumbre se estampaba contra nosotros.

También caminos y sendas donde los lagos y los relámpagos nos dejaron sensaciones nuevas, de aprendizaje, de bailar sobre la lluvia, de aspirar la tierra húmeda y tomar el  bastón empapado entre las manos.

Viaje que me sabe a sorbete de limón, a imaginar fotos de GoPro, de la vida con un agitar de aguas heladas.

Gracias por saberlo llevar.

Tortuga

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