jueves, 26 de febrero de 2009

Hubo suerte

… y entusiasmados se subieron al coche, queriendo conocer la piedra más de cerca, respirar monte y pasar un rato.
Ellos por el sendero para llegar a pie de vía, yo por arriba para montar la reunión, monto el rápel para unirme a ellos y les digo que se retiren para tirar las cuerdas y justo por la vía de al lado va subiendo un alemán de primero con su gorrita, lo oigo gruñir, lo miro mientras yo ya ando casi a mitad de vía, no entiendo lo que dice pero se le ve apurado y entonces ocurre, no puede con la vía y cae un buen tramo, su preciada gorra sale disparada hacia el suelo, la caída se hace incontrolable y mientras vuela su cuerpo gira y su cabeza choca contra la pared, acolchada por su mano, se oye el ¡clock!, pero el hombre sigue consciente se toca la cabeza con la mano y se la repasa una y otra vez mientras vocifera en alemán adivina qué, ¡ha tenido suerte!, le pregunto si está bien y me dice que sí, al parecer entiende mi idioma y le pregunto ¿y el casco? Y me contesta con una sonrisa amplia: sí, sí, lo tengo dentro de la mochila, yo me quedo perpleja y le contesto buen sitio para llevarlo y me atrevo a decirle con buena intención que si no puede con la vía puede montarla desde arriba para recuperar el material, me da las gracias, pero cuál es mi sorpresa cuando lo veo anclarse y pasa la cuerda directamente por la chapa ¡¡los mallones no existen o qué!! desde allí rapela recogiendo las exprés, pero ahí no queda la cosa, ordenan el material y pienso bueno ya se van, pero no, cuando me vengo a dar cuenta el colega ya estaba arriba montando la reunión y enviando la cuerda pa’ bajo para que su compañera subiera en top-rope, aún me quedo más desconcertada ¿qué necesidad de rapelar directamente de una chapa si al final de todas maneras iba a montar el yoyo para su cordada? La verdad es que no pasan más cosas en la escalada porque debemos tener la roca a nuestro favor, en fin, sólo les propongo que usemos el casco, hazlo parte de tu material de escalada tan imprescindible como el mismo arnés y recuerda que en la mochila no sirve de nada.

Con todo ésto, mis sobrinos y hermana que fueron a probar la roca fueron capaces de trepar un rato y disfrutar, a pesar de haberse gozado la caída del susodicho en todo su esplendor, siendo aún novatos en este “deporte”.

Minimicemos los riesgos.

Tortuga.

2 comentarios:

Chinita dijo...

Qué chuli...!!!!!
Me encanta ver a los niños tan estusiastas con este deporte...
Yo empezaré llevandoles a hacer bloque.
Y si...hay que enseñarles todo, la seguridad lo primero...

Anónimo dijo...

Hay que hacer cantera y más si tienen esos ojazos. Y la próxima vez comeremos en el pueblo