lunes, 7 de septiembre de 2009

Mirando al mar


Tocaba descanso, pero no dejé de mirar la montaña y de recordar los buenos momentos vividos a lo largo de estos meses compartidos entre buenos amigos, mosquetones y cuerdas que no vacilaron en desplazarse de un lado a otro, instantes guardados en la memoria para sacarme una sonrisa y agradecer a todos ellos, especialmente “al moreno” las aventuras, anécdotas y convivencias mano a mano frente a la roca.
Que escalar me aporta infinidad de cosas con las que seguir creciendo y se clava en la planta de mis pies para dejarme más erguida frente a los inconvenientes de caminar por esta hermosa senda que es la Vida y desear apretarme el arnés para seguir batallando ante los conflictos que me presentan esas paredes que me miran y miro desbordando adrenalina y al fin conseguir aliarme con ellas.


Tortuga.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bellos versos que inundan mi mente y la elevan como el humo de una rama de incienso.