Urriellu, despedida.

Bueno fin de la trilogía ¡Que ya esta bien!

Tocaba regresar “ lo bueno si breve, dos veces bueno” así que puestos a mirar el retorno desestimamos los “ Horcados” tocaba pateo a Sotres, luego a no sé que sitio y más tarde a  no sé donde para acabar en el teleférico de Fuente Dé.

Después de saludar a los corredores que llegaban al refugio para repostar y seguir marcha (una carrera) tocaba desayuno y tender nuestras húmedas pertenencias cual rastrillo de fin de semana, cuerdas, camisas, calcetines, calzoncillos largos, “vamos un cuadro” y claro está un tabaquito. Despedirnos de Tomás y empezar a patear.

Las vistas pues… que voy a contar de lujo, pena me dio no haber pasado por Bulnes pero se nos salía de la ruta. Eso si lo vi de lejos. Es un pueblo que si un día sales borracho del bar y te resbalas te recogen dos valles más abajo. 

El rodeo que había que hacer era bastante grande, así que un poco de autostop hasta Sotres.

Cervecita en “Casa Cipriano” y buscar un jeep taxi. Unas gestiones más tarde ya estamos montando en el vehículo en cuestión y alegando con la conductora la cual nos va contando curiosidades de la zona. A mitad del recorrido vuelve a llover, menos mal, esta vez nos pilla en el coche, je je je.

La cabeza se pone a traquinar “Circulo del Foc” Aigües  tortes, otra vía al Urriellu, no sé, no sé.

Tiempo hay para pensar.

Otra bonita historia para contar en la “penumbra de  un bar” bajo la sombra de una cerveza y el suave humo de un tabaco que nos recordará la niebla.