Años que van pasando…

Por estas fechas se cumple otro año más de éste blog y claro esta otro año más de trepadas varias.

Lo que empezó una tarde, casi por casualidad ha ido creciendo hasta ser lo que es hoy una pasión, un hobby, un entretenimiento, una forma de ver el cielo, quien sabe.

Durante todo este tiempo algunas cosas han cambiado, algunas formas de entender la montaña también, e incluso, el tiempo te da distintas maneras de actuar. Con tanta revolución de redes sociales nosotros nos hemos vuelto más espartanos a la hora de escribir y opinar. Actualmente hay bastantes foros, paginas, chats y demás donde cada uno expresa libremente lo que cree y lo que piensa. Esto debería y decimos “debería” enriquecer al mundo de la montaña. La información ahora llega rauda y veloz a las redes para que el resto conozca, sepa, opine, prácticamente antes de bajar de la pared hay fotos y videos colgados en esta gran ventana. También es verdad que a veces se confunde opinión con información y como decía un monitor vasco amigo, “no creas todo lo que leas”, la frase era más o menos así.

Al tiempo que internet popularizaba la tan codiciada información, surgían infinidad de empresas de tiempo libre ofertando prácticamente de todo, escalada, barrancos, ferratas, rapel, un batiburrillo de actividades donde realmente no se sabe bien cuál es la capacidad de los monitores, si lo son, que las llevan a cabo, pero bueno ahí están.

Si esto fuera un pastel la guinda sería la tan traída y llevada tasa  de rescates, que nos ha puesto a todos a leer la letra pequeña y a informarnos, aunque solo sea por encima, de cómo está el panorama. Maltrecho como siempre.

Las federaciones es lo que no ha cambiado, siguen igual de mal. Una especie de todos contra todos, donde ya no se sabe muy bien que rumbo han cogido. Eso si todo se hace por amor a la montaña. Recordamos ahora una jornada con un abogado y conferenciante que impartió un charla sobre montaña, a la salida pudimos hablar un ratillo más con él y la verdad es que coincidíamos en bastantes cosas, muchas poco halagüeñas.

También recordamos una bonita y utópica reunión de escalada que se hizo hace algún tiempo arriba por la zona de parque nacional. Todo muy bien, se llegó a un consenso, se habló de la salud de la escalada en la isla e incluso se hicieron propuestas de reequipación para que esas vías antiguas, algunas en muy mal estado, tuviesen una larga vida. Muchas de ellas están en los mejores paños de pared, pero claro solo quedo en eso, en una bonita charla que no llego muy lejos. Es lo que tenemos. Ya se reequipará.

Nosotros para conmemorar tan gloriosa efeméride buscamos algo que estuviera a la altura de dicho acontecimiento y claro está nos fuimos a Roque Negro a repetir Lipotimia. Sigue siendo una vía magnifica con una roca estupenda.

Las instantáneas las esperamos aún del fotógrafo que desplazamos al lugar, que también le encantó la vía.

Esperemos cumplir otro año más, enteros y con las mismas ganas.

Gracias a todos los que nos han acompañado y con los que hemos compartido cuerda,  bocadillo, bromas, nervios, piros, opiniones, discusiones y ansias por escalar. Gracias a todos esos amigos que nos han dado algo y no nos han pedido nada, gracias por todas las sonrisas.

Lipotimia

Me sigue pareciendo igual de dura que cuando la hice, aunque ahora se suba un poco mejor, vuelvo a colocar el pie, levanto el brazo, me apoyo en una pequeña repisita vestida de blanco y me levanto sobre mis piernas al tiempo que la mano empieza una lenta procesión, resbalando por  la roca y su blanco nieve. Atisbo a mirar hacia abajo, la confianza, la compañía o uno que se ha envalentonado me hacen ver que no he puesto nada desde hace un rato.

Un sudor frio acompañado de un tembleque nace en lo más profundo de mí y viaja con paso firme hasta el último centímetro de piel. Si caigo mal asunto. Me agarro como si me fuese la vida en ello y consigo salir airoso, por lo menos esta vez. En unos segundos mi mente a borrado absolutamente todo, se ha quedado limpia y brillante. Eso es un  ”despeje”