Un deseo familiar asciende.
Hace ya seis meses de la propuesta, y aunque no eran todos los que están, son los que fueron.
La ilusión fue el primer argumento para unir a unos cuantos y echarnos un pateo para juntarnos un rato más.
Con 10 y 11 años hacia las alturas | |
Partimos a la hora prevista con la ilusión de un caminar compartido, de unas risas y de un reconocer de fuerzas ante la “Gran Ascensión”, je,je. Comenzamos los andares por la pista de Montaña Blanca, un paseo llevadero excepto para algunos que sólo pronunciaban monosílabos para no gastar fuerzas en hablar, se empezaba a notar los efectos de realizar esfuerzo en altitud.
La Fortaleza y los Huevos del Teide nos retienen la mirada y también nos retiene el cansancio, miniparaditas de agua, observar y seguir.
En una hora estábamos en la base del Teide con la inevitable parada para echarnos algo al estómago, descansar y hacernos a la idea de las siguientes dos horas que nos llevarían hasta el refugio. La subida zigzagueante aparecía frente a nuestras narices, pero no pudo intimidarnos ni a los más jóvenes ni a los más viejos. ¡Felicitaciones a las dos benjaminas del grupo por portarse tan bien y subir como dos campeonas sin rechistar! Gracias a otros por simplemente hacer el esfuerzo de luchar contra el cansancio y seguir la montaña.
Llegamos al refugio tras tres horas de dejar huella en el sendero y de gritarnos ¡¡MOTIVACIÓN!! Otra mochila más se sube a mis hombros, diez metros antes de pisar suelo firme para cumplir la promesa prometida, prometida y cumplida.
Once personas andando por andar, sin prisas, pero a mi me da que éramos más porque yo si vi aquella sombra que me habló de los que no vinieron, de los que podrían estar levantando el polvo junto a esta patrulla que caminaba delante de mi pecho y aquella sombra no dejó de aparecer, e incluso la saludé y permaneció aún en la noche difuminada entre las estrellas.
Arreglamos los papeles pertinentes, mientras otros hacían acopio de una mesa y hueco para sacar las tortillas, bueno, tortillas, croquetas, ensalada y hasta galletas “cubanitos” (cubanistas y thirmistas se asomaron por mi mente) y no sé cuántas cosas más que no tuve tiempo de ver. Y con la barriguita llena, retirada a nuestros aposentos para hacer despliegue de mochilas y reparto de literas.
Antes de la reforma de 2007 | Actualmente. 2008 |
Algunos salieron a la noche de las alturas, para otros demasiado frío y “edredón pa’que te quiero”. Noche cubierta de infinidad de estrellas, claridades de ciudades en la lejanía, resplandores intermitentes como flash de cámara; tormenta en El Hierro se oyó decir.
La habitación se convierte en carcajadas tras una ventana, ventana por abrir, ventana abierta, doble ventana, calor, frío, airito, luz de radiador, electricidad estática, sueños eróticos de otros, ja,ja, una orquesta afinando sus instrumentos con cada movimiento de litera y aprendimos que los ronquidos no verifican que uno haya dormido, je,je. La noche se hizo larga, no hubo quien pegó ojo, tal vez, la altura, el calor, los ronquidos, los pensamientos. Las cinco y diez, todo el mundo en pie, ¡a por la cumbre donde contemplar los amaneceres! Comenzamos de nuevo el pateo con dos bajas: una de las peques algo agripada se queda con el padre. El cuerpo empieza de nuevo a coger forma entre camisetas, forro, chaquetón, gorros, guantes... La oscuridad nos tiene. Paraditas de adaptación por un sendero pedregoso mientras las linternas bailan como un marcador de ritmo cual música nos acompañara. Los últimos ciento sesenta metros se hacen más costosos, la pendiente es mayor y la altura se hace notar por la cabeza de algunas por lo que hay que detenerse más a menudo, a unas les da por bostezar e incluso las náuseas asoman como fantasma, pero la montaña les puede y se dicen un poco más, un poco más y batallan contra el deseo y la renuncia, pero al final ¡¡llegamos todos!!
Y vemos la luz de un nuevo día con olor a azufre y se siente frío, hambre, e incluso el estómago no anda muy bien, pero se sienten más cosas, esa línea en el horizonte que se graba en la retina alejando oscuridades y devolviendo la alegría de vivir, y te vienen personas, recuerdos, nostalgias, sueños, paz.
Nos acercamos sólo unos pocos a ver pico viejo para ver su imponente cráter y la verdad es que es maravilloso, es más bonito que el mismo cráter del Teide. En esta ocasión no podemos ver el resto de islas, las nubes cubren el mar en la distancia, pero nos llevamos no sólo haber estado a 3718 m, sino lo enriquecedora que puede llegar a ser la montaña, experiencia inolvidable, al final con el tiempo, uno no se acuerda de los malos momentos, sino de lo vivido en la cumbre, en el ascenso y en el descenso compartido y eso no te lo quita nadie.
La sombra sigue a mi lado
Despedimos el pico y descendemos con facilidad lo que antes nos pareció un repecho complicado ahora se convierte en risas y bromas con unas piernas y una cabeza despiertas para la vuelta.
Unos cien metros antes de llegar al refugio nos desviamos para ver la cueva del hielo, pero qué sorpresa no hay ni una bolita de nieve congelada, ooohhh, el cambio climático debe ser. Los más jóvenes descienden por la escalera para conocer su interior, aprovecho y saco un par de fotos a las siluetas que me ofrece su entrada.
Ya estamos todos de nuevo en el refugio y partimos para de nuevo crear sueños en cada alba y yo me llevo la sombra que forma parte de mi vida
La vida misma es un andar por andar, da igual llegar a cumbre, la cosa es todo lo que conlleva ese paso.
Información sobre el refugio de Altavista (Teide- Tenerife)
Para que lo sepan:
Según llegas al refugio, tendrás que aportar el documento de pago de la reserva y rellenar unas fichas por cada uno de los que componen el grupo. Una vez arreglados los papeles, él te dará un "vale recordatorio" con todas las normas del refugio el cual adjunto.
En este caso nosotros éramos once aunque la reserva se hizo para quince, por lo que al faltar esos cuatro el guarda me comenta, que él no devuelve el dinero, pero que si puedo llamar al centro de reservas y recuperar esas cuatro plazas para solicitarlas en cualquier otro momento del año.
Por lo que pude observar, una vez, ya tiene a todos los grupos controlados les asigna la habitación, según el número de integrantes que forman cada grupo. El guarda intentará poner a cada grupo en una habitación completa para que estén todos juntos, pero a veces los números no salen bien. En nuestro caso nos atendió Toño, un tipo amable, que nos alojó en las dependencias que están fuera del refugio la cual consta de dos habitaciones con calefacción, una de ellas con tres literas y otra de dos (aviso que se pasa calor allí dentro). Colocamos a las dos niñas en la misma cama porque si no alguno de nosotros tendría que dormir en el otro lado. El único problema era ir al baño que se ubicaba en el edificio central abierto éste hasta más o menos los once de la noche, pues según el guarda lo cierran más o menos a esa hora cuando está completo, pues por lo que me comenta han tenido problemas con otras gentes; no insistí en conocer los motivos, yo vine a desconectar.
No me dejaron utilizar el camping gas que llevaba, está prohibido,(y además me advirtió el guarda que habían cámaras de seguridad y que claro lo ponía en un compromiso) sólo se puede utilizar una cocinilla que es de dos fuegos eléctrica y no veas lo que tarda en calentar un cacharro de agua para hervir, un tanto escaso para la capacidad que tiene el refugio, es decir, cincuenta y cuatro personas para pernoctar. También hay microondas y un fregadero, que aunque pone en un cartel "agua no potable", yo bebí de ella y aún sigo viva. En la zona de star hay una maquinita para cafés, tés y ese tipo de bebidas que por dos euros te puedes hacer con una de ellas, yo ya tuve bastante con los diez euros que tuve que pagar y el resto del grupo veinte por no estar federados, a lo cual añado que me pidieron enseñar la tarjeta federativa y el DNI.
Si vas a subir al pico, puedes dejar las mochilas en la zona de star, pero conviene saber que es lo único que queda abierto, a partir de las nueve de la mañana el resto de estancias se cierran, no hay agua, ni cocina, ni baños, sólo queda abierta esta zona para que tengas acceso a tus pertenencias.
La verdad es que es un abuso pagar tanto, cuando en otros sitios es casi gratis o gratis.
1 comentario:
Hola hola. Si es que eres una artista mi niña. Que me ha gustado mucho y quién sabe, quizá la próxima vez que organices la subida podamos llevar a Alejandro. Besos mi niña.
Muacks!
Maribel
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