
Estoy en la base, la observo y tiene fin, pero puedo llevarla más lejos, duplicarla y duplicarla y sentirme a lo lejos con mi yo en la altura, tocando sus rugosidades interiores, conociéndonos mutuamente, despotricando de ella y alabándola al mismo tiempo, quejándome de mi misma y sonriendo al vacío.
Aún me quedan “grandes” muchas fisuras, soy novata, pero me atrapa todo lo que ella implica, tocándome la oreja para hablarme de viajes, de aproximaciones lejanas, de risas con eco por las alturas…
Buscaré la manera de moldear mi cuerpo a su línea y encajar en ella las contradicciones, el miedo, los sueños, la alegría de vivir, las ilusiones, el riesgo, el vacío.

Tortuga.
2 comentarios:
Bonitas...las fisura, estas que muestras al final son las del futuro/presente (la mano del corazón)
¿son tuyas?
No es mi mano, pero pal caso es lo mismo, todos andamos con nuestras propias fisuras trabajando por ellas.
Un beso chinita
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