Una brizna de aire cruzó entre las cuerdas y un destello iluminó las mentes ¡ Hay que ir al Naranjo!
En tiempo record, nos vimos envueltos en nieve y montañas. La aproximación cuatro horas de pateo hasta llegar al refugio de la Vega de Urriellu. Los augurios no eran buenos
¿Al Urriellu vaís? El paso de los Horcados esta con nieve, es peligroso bajar por allí.
Aún así ¿Qué hacer? caminar y ver como estaba el tema.
Dos horas se tardaron entre descanso y pies de plomo para poder cruzar un paso camino del Urriellu, que en condiciones normales no esta tan mal debido a un cable de seguridad, pero con nieve fue un palo psicológico, una travesía por una ladera de bastante pendiente sin calzado apropiado, sin guantes y enterrando las manos en la nieve para evitar rodar como boliches. Como diría el sherpa “una vuelta de tuerca para el coco”.
Al final el pateo se convirtió en seis horas con los pies empapados.
Rebecos, nieve, lomas y mochila.
Por fin al fondo se vislumbraba el Urriellu, saludando en todas direcciones. En su base podíamos observar el refugio que en la distancia era un diminuto punto debajo de una inmensa pared vertical.
Lo poco que quedó del día lo aprovechamos para secar los calcetines y los zapatos además de disfrutar con una cordada que gracias a los prismáticos podíamos ver haciendo la Rabadá Navarro. Una vía que para los que sólo la hemos visto en fotos nos da una idea del cariz y la pericia de ésta mítica cordada.
Nueve de la noche, la cordada aún continuaba en la pared, el pasatiempo local era vaticinar los pasos de éstos escaladores , al tiempo que se preparaba el material y la ruta del día siguiente todo ello con el humo de un Manitou y la compañía de una cerveza.
2 comentarios:
Qué hay Tortuga!
Ando yo buscando a quien engañar precisamente para la Rabadá Navarro ;)
Esperando quedo para ver la continuación de la historia!
Salu2
que bueno!!!!!!!!!!!!
con las ganas que yo tengo .........espero que hayáis disfrutado
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