Naranjo, siempre Naranjo II

Al lío, una vez salimos por la izquierda, no tiene pérdida, dos parabolt protegen unos pasitos de placa para luego empezar a subir en oblicuo por la derecha toda la cicatriz, nosotros montamos en una reu de dos clavos colgantes pero un poco más adelante hay otra mucho más cómoda. Largo aéreo y fácil de proteger así que a base de bavaresa y algún empotre llegas a una reu de lujo.

Unos metros a la derecha en una fisura hay un clavo y más arriba un parabolt para proteger un pasito de equilibrio que nos dejará en Tiros de la Torca un vivac también de lujo, para continuar luego por un pequeño diedro tumbado unos diez metros y pasarnos al meollo del asunto.

La cordada realejera se perdió en este punto igual que otra que había subido el día anterior debido a que se tiende a subir demasiado y luego el pase a la travesía se hace más complicado.

Por Tiros de la Torca se remonta unos metros hacia arriba caminando y encontramos un parabolt con argolla, rapelando hacia la derecha quince metros encontramos la reu de V Imperio, nosotros pensábamos que era esa la Sagitario así que rapelamos por ahí y luego con un péndulo pillamos la reu correcta de la Sagitario.

Justo cuando empezamos a rapelar por la V Imperio una cordada subía por la misma línea, así que esperamos para evitar piedras. Después de unos chillidos nos pusimos de acuerdo y acabamos todos unas reus más abajo. Mientras Fausto se hacia el siguiente largo su cordada Dani lo aseguraba y nosotros pues de conversación ¿ Que tal la vía? ¡Vengan a escalar a Tenerife! ¡Cuidado no se caigan! Vamos conversación de reunión básicamente. Escaladores de lujo y muy buena gente.

Total que llegamos al suelo al tiempo que la otra cordada rapelaba por la murciana después de que el cansancio hiciera mella en ellos.

Al día siguiente tocó hacer cumbre y como ya conocíamos la Cepeda pues nos fuimos dos cordadas de tres para el Canal de la Celada. Después del agujero pateo hacia cumbre con la foto de rigor, así ya teníamos controlado el descenso para cuando toque acabar la Rabadá.

En la cumbre más amigos llegaban por la Pidal Cainejo, risas, conversación y vuelta a los rapel de la Sur que a las ocho servían la cena.

Al llegar abajo vimos que los de artifo ya habían recogido sus hamacas de pared y habían emigrado.

Cena, tabaquito y risas en la “hierba”.

Así terminaban tres días de Naranjo y empezaba el proyecto de finalización de esta emblemática vía.

Contentos por el curro y con ganas de volver a terminarla. Que decir ¡Se me rallaron los ojos!

Como nos dijo un amigo que además es guía en el Urriellu, el Naranjo no regala nada, solo, ganas de volver, porque la cima no es nada sin la pared que la acompaña y más cuando se hace pasión tocar el magnesio.