Se me abren los ojos con la chispa de haber disfrutado de compañía exquisita.
Hoy revivo lo de hace horas atrás y me envuelve la satisfacción de tener amigos, apreciándonos por y con nuestras diferencias, con respeto en la boca y las ganas de ser cada día mejores personas. Que me llevo un cúmulo de felicidad en la que soy capaz de acariciar para no perderla, me llevo sus miradas, sus palabras, el abrazo de la mujer que llega, el detalle de una mermelada, los diez céntimos en aquel suelo, el chocolate fundido en mi boca, esa copa de vino y más que sacaron la sonrisa.
Me traigo ese momento surgido de lo inesperado, pero que tan ricamente me colma de alegría, quizás, a veces, se nos escapan cosas que para algunos parecen insignificantes, sin embargo recupero charlas acaecidas fuera del mundo de la escalada y que tan gratamente resuenan en mis oídos y me hacen disfrutar de la vida, de lo que tenemos y por lo que luchamos en nuestra intimidad, de tocar hilos que nos pueden desconcertar y que con algo tan sencillo como una conversación afable puedas mirarte las manos y aunque no estén manchadas de magnesio puedas sentir la placidez de saber que estás rodeada de gente buena.
Gracias.
Tortuga
6 comentarios:
eso es lo que une y hace que cambiemos y no los diez centimos, buen articulo,un escachon
Así no se puede. Hay que venir comido y bebido de casa, que parecen termitas.
Tendrá algo que ver un ramo de flores en el parabrisas del coche el sabado?????
JOP!! QUIÉN FUE? estuvimos dilucidando quién lo habría puesto y aún hoy tenemos la duda, aún así gracias por el detalle.
Tortuga
ME DA A MI QUE LOS DEL RAMO DE FLORES FUERON LOS EXPOS.
me da, me da.....
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