Tocaba hacer algo diferente, y marchamos hacia el Barranco de Los Carrizales dispuestos a zambullirnos en sus pozas, y así lo hicimos, rápeles, saltos, toboganes, algún destrepe pa’ evitarlos jiji y también pa’ cerciorarnos de que había suficiente agua como para saltar.
Se probaron cositas con las cuerdas y disfrutamos con la serpiente de roca que nos imbuía. El agua fría no daba ocasión para mucho respiro, uy! cuando se colaba el hilito de agua entre la espalda y el neopreno, brrrd, brrrd, pero las risas y la compañía sacaban las carcajadas. Mochilas echas flotadores, cuerdas que se hunden, botas sin suela, móvil en bolsa tipo pecera.
Para algunos dio su resultado, eso de embalar la ropa en bolsas, a otros nos tocó esperar a que el sol se apiadara de nosotros y secara el ajuar desplegado por la roca.
Un barranco con agua siempre tiene su aquel, recomendable hacerlo por lo menos una vez en la vida y sabiendo nadar, que sé del caso de un colega, que fue con salvavidas ¡imagínatelo!.
Comentamos las que ya lo habíamos hecho hace ya años, que la subida, la recordábamos con más esfuerzo, ¿será que nos estamos poniendo fuertes? Jeje.
Anotación: Nosotros éramos cuatro y llevamos cuerda de 40m (aunque llevamos otra más por si las moscas) y tardamos más o menos unas 5h30’ desde la salida del parking hasta volver al coche. El día estaba soleado, pero el neopreno no lo puedes olvidar, dentro del cauce hace frío y el agua te lo confirma. ¡suerte!
Para realizar el descenso de este barranco es necesario el permiso que obtendremos en las oficinas del Parque Rural de Teno (922-128-032), y hay que tener en cuenta que está prohibido hacer el descenso hasta la parte final (playa) desde febrero hasta junio, por época de nidificación de las aves del lugar ¡respétalas!.
1 comentario:
tobogan tobogannnnn...jjajajajja
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