En la Sexta Dimensión

Queríamos probar una vía, de esas que dejas a la mitad para volver en algún momento, además también estaba pendiente otra pequeña vía con parabolt que abrimos hace tiempo "Los cursos de D. Javier". Así que había que encaminar los pasos al Parque Nacional.

Rodeados de buena gente, alguno buen conocedor de líneas realmente bonitas pusimos rumbo al Capricho, allí donde la piedra es particular, donde el paisaje envuelve la escalada como si de un regalo en la noche de reyes se tratara.

Vía la  cual desconocemos nombre

Después de la conversación y las curvas de rigor llegamos a  nuestro destino. El camino que serpentea por el llano nos acercó a la primera vía del día.

Dos largos, más o menos sencillos aunque el segundo más alegre por lo descompuesto de la roca nos hicieron llegar a cumbre. Un trazado cuanto menos simpático para después con un rápel de unos 40 metros volver al suelo, eso sí, no sin antes llevarnos la basura en forma de cordinos y cintas viejas que alguien se olvidó retirar cuando lo equipó. Son cosas de la escalada, de esas que llamamos inexplicables por la idiosincrasia de sus practicantes.

 

Aprovechando la sombra del pino cada vez más pocho, comimos y desde allí pudimos observar La Tortuga que siempre saluda al ver pasar a los amigos que a su casa a disfrutar van.

Allí cambiamos frienes por parabolt y roca descompuesta por compacta. Como casi siempre y gracias al instigador de mil batallas nos aventuramos con su sonrisilla de fondo en algún trazado que no habíamos probado. No defrauda. El paisaje, el color, la buena compañía y la belleza de la ascensión hicieron el resto. Disfrutar.

Uno de los sectores al cual más cariño le tenemos, quizás porque siempre que apuras un paso allí está la tortuga mirándote de soslayo, animándote con muda motivación.

El resto fue la típica suavidad de un sábado, conversaciones sobre escalada, sobre seguridad, sobre cocina, donde platos y postres se mezclaban con bloqueos en algún desplome.

Y todo tiene siempre una " Banda Sonora "  esta no es bucólica, ni estridente, simplemente era la canción que por azar elegimos y votamos con nuestras carcajadas.

De azafatas y esas cosas, no diremos nada.