Agu-Agando

Hace tiempo en la base del Agando, nos pasó por la cabeza volver a subirlo otra vez, eso sí siguiendo otra línea. Así que después de las diligencias previas con el Sr Pedro, estábamos listos para intentarlo.

La salida fue, pues, del tipo tortuga ¡aquí mismo, yo no camino más! Se destrepó por la base y se calculó la línea a ojo, mirando algunas fotos y bueno con la intuición característica , intentando en la medida de lo posible seguir líneas de fisura ¡vamos, lo típico, esto era para que quede interesante!

Realmente no sabemos al no disponer de croquis si coincide con alguna línea ya establecida.

Cuatro largos y un buen rato nos llevaron a la base de “La Normal” acompañados al walkie por la 3º tortuga y a la espalda por una incesante “brisa”.

La vía comienza fácil hasta que, claro está, se va complicando, llegando en el primer largo a los pasos de 6a+, algo expuestos. Cacharros que alejan, microfisuras, no hay ni que decir que todo esto siempre bajo apreciación de las tortugas y claro nosotros graduando pues, ya se sabe, además casualmente los pasos de mayor grado eran los peores protegidos.

El tercer largo arrancaba a la sombra, superando un embudo del que costaba salir debido al lastre, una vez superado, la escalada y el paisaje se aliaban para crear momentos mágicos y conversación distendida con la tercera de las tortugas, expectante a pie de vía.

El último largo se nos presentaba sencillo con seguros lejanos, pero sin complicarse demasiado. Si, ¡Lo que estáis pensando! Lo bueno si breve dos veces bueno. Casi llegando al final, aparece una placa en adherencia la cual al preguntarle, amablemente nos dijo lo siguiente:

- Por aquí podeis subir, no faltaba más. La única condición que pongo es que sólo podréis “enchufar” dos seguros, uno al principio y otro al final y no sé si aguantarán , además mirad donde me pisais porque soy de adherencia, siempre y cuando no os fallen los pies que tengo mucho musgo seco. Así que ya sabéis. Suerte.

Después de esto y con algo de miedo en el cuerpo se superó la placa, despacio y suavemente.

Unos metros más arriba la base de la normal nos saludó a golpe de ventisca. El final fue celebrado con una regalía olvidada en un bolsillo.

Agradecer a la tercera tortuga su impecable logística, cosa ésta a la cual nos tiene acostumbrados y pedirle disculpas a Pedrito, los planes se fueron torciendo y no le dimos un toque para escalar. Una deuda pendiente, la cual pagaremos por supuesto.

Además nos comentó, que alguna otra vía de la isla abierta por él ha sido “paraboleada” sin ningún tipo de escrúpulo. Desde aquí seguiremos denunciando todo estas locuras de gente que se ve no tienen ningún respeto.