El año siempre hay que comenzarlo con buen pie, esto implica que además de tener la ropa interior encarnada, comer las doce uvas al ritmo de las campanadas, brindar con lo que se tercie, colocar algo de oro (plata, titano, plástico, etc.) dentro de la copa, llevar un calcetín de cada color y un largo etcétera de rituales inútiles pero tradicionalmente inexcusables también hay que comenzar el año haciendo una buena fisura. Esto está demostrado que es lo único que funciona para que el año entrante resulte de lo más “eléctrico”.
Así que claro está, ¿quiénes somos nosotros para ir en contra de los designios de la suerte?. En un punto indeterminado de ese sur un aguerrido grupo de escaladores se afanaban en el primer día del año por atraer la suerte a sus vidas y ¿Cómo? Pues en unas preciosas fisuras. Una ya abierta y la otra , pues se abre sobre la marcha.
Se miraron unos a otros y con los rostros asintieron al ver la cacharrería ansiosa por pasear entre los recovecos de la piedra, así que big bross en mano todos para arriba.
Agradeciendo que los pequeños excesos de la noche anterior no dejaron excesiva huella en sus cabezas y teniendo a mano al gran amigo de las fiestas el Sr. Alka Seltzer, por si había que recurrir a él, se dieron por satisfechos sabedores de que la suerte está con ellos para próximas campañas.
No están todos los que son, pero indudablemente son todos los que están. Unos en cuerpo y otros en espíritu. Señores el año a comenzado “alea jacta est”
Por mí parte, agradecido de recibir el año en tan buena compañía. Gente noble, amante de las fisuras e ilusionados por lo que el nuevo año nos deparará.
Salud y fisuras para todos.
1 comentario:
Qué bonita, ¿dónde queda?
Gracias por las fotos.
Publicar un comentario