martes, 24 de octubre de 2017

2ª Parte: Madrid: a probar eso de la adherencia en La Pedriza.

¡Qué hermoso paraje este de La Pedriza! Pareces estar en otro mundo cuando te adentras en él, con tantas siluetas en piedra, sus planicies, sus cabras, un decorado de cantos.

Como eso de la adherencia no lo tenemos por aquí, pues nos lanzamos a probarla y nos fuimos a La Pedriza, empezando por el risco de La Tortuga, haciendo una vía de esas pa’ ir tanteando, la elección fue la ASA, y nos pareció algo fácil pues su largo máximo era de IV, así que decidimos probar algún V.
La Tortuga














Al día siguiente nos vamos pal Yelmo con 1h30’ de aproximación, a probar su cara sur y con la idea después de ir a la norte, 
y comenzamos por la combinación de las vías Walkiria+Ziggy Stardaust, con un primer largo de V+ y un segundo de V, y ¡chas! aquí hay que venir una semana como mínimo pa cogerle el tranquillo a esto, nos decimos. 

Ya en La Cabrera habíamos probado algo de adherencia, quintos y sextos y nos pareció duro, pero a mi parecer es diferente lo de allí, a lo de La Pedriza.

La Sister le mete al primer largo con decisión, y la dejo de ver en breve, ya que pasa a la otra cara del gendarme y cuando yo llego a la parte de V, caigo un par de veces ¡qué suerte ir en yoyo!, pero alucino cómo se lo ha mandado la Noe, puesto que no es sólo la adherencia en la que mis pies no consiguen conectar, sino que las chapas están a tomar por saco, es la tónica de La Pedriza nos dice la cordada que va por encima de nosotras, además añaden que si vamos a la cara norte alejan más todavía ¡puf!, 

así que cuando llegamos a cumbre y después del curioso descenso de El Yelmo con su pasadizo (también es el camino para subir andando al Yelmo) optamos por ir a la zona del Rompeolas, donde son facilitas para continuar tomándole respeto a esto de adherirse a la roca, así que de quintos na, na nai de la china, hasta cogerle la medida, 

y por ahí andamos los días desgastando los pies de gato, de sector en sector, temerosas de meternos en los quintos, jajajajaja.






Y como todo no podía ser adherencia, nos fuimos a Patones a hacer algo de deportiva, que nos costó su rato encontrarlo, 

la gente nos miraba un poco raro por eso de ir con cuerdas dobles, jajaja, pero nosotras a lo nuestro.





 Y como nos quedamos con falta de algo más, el último día y apurando las horas para no perder el avión nos fuimos pa’ La Cabrera a hacer la  Rivas Acuña. 


Ya había gente en todo el Pico la Miel y mientras subimos ya vemos que hay gente en “la nuestra”. 
Llegamos al pie de vía con la agradable sombrita de sus árboles, después de hacer algo de tiempo, comenzamos con nuestra última vía por estas tierras,  
con un primer largo en cuyo comienzo tiene una placa muy lavada asegurada por un párabolt que se agradece, pero el resto es fisurita que es lo que nos gusta y pa’ arriba, buena de proteger. 












Un 2º largo en travesía con algunos párabolts ¡ojo no pasarte en la elección de la travesía!, los que estaban por encima de nosotros se embarcaron y no lo pasaron muy bien, ni el primero ni el segundo. 






El 3º largo aborda una canal donde se puede ir metiendo cómodamente los friends con reunión a la izquierda. 
El 4º largo sigue algo más por la canal hasta abrirse. Pasas a una buena fisura a izquierdas para pasar seguidamente por un bloque por su derecha, seguimos avanzando por terreno fácil hasta que unos pocos metros antes de alcanzar la cima montar la R ¡ya la cuerda tira bastante!, y salir ya desencordadas desde ésta y tomar la cumbre.








Haciendo slackline en La Cabrera



...y a reorganizar la maleta que nos vamos.

 
Un viaje lleno de vivencias, de tensiones, de relax, de que todo no es escalada y que este laberinto sigue enseñándome nuevos senderos.
Gracias Noe. 


Tortuga


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya estoy deseando planear y dusfrutar la siguiente escapadita sister !!!

Anónimo dijo...

La Delegación provincial de La Pedriza aquí, se llama " La resbaladera"