jueves, 10 de marzo de 2016

David Lama. El Cerro Torre, lo imposible y yo.

Hacía tiempo que no llegaba a nuestras manos un libro de montaña,  de hecho, tenemos el blog algo abandonado, “cosas que pasan”. Gracias a un buen amigo como casi siempre, un día, en uno de esos aparcamientos de dios nos dijo ¡mira! este es el libro, está muy bien! Así que ante esa propuesta no pudimos resistirnos.
Habíamos leído algo en su momento sobre la escalada al Cerro Torre en libre y  toda la controversia que se generó a su alrededor, que si pusieron, que si quitaron anclajes etc., etc., así que apetecía leer algo de primera mano por uno de sus mayores protagonistas.
El libro es sencillo, directo y de muy muy fácil lectura. El argumento también sencillo, cuenta la historia de David Lama en su deseo de escalar el Cerro Torre en libre y cómo afrontó este gran reto que él mismo se imponía, los problemas, dudas, fallos e incluso su cambio en cuanto a la concepción de algunas, muchas o pocas, ideas sobre escalada.
Su reto concretamente está basado en la liberación de la vía Compressor de Cesare Maestre.
Allá por el 59, Cesare Maestri y Toni Egger se supone que consiguieron escalar la legendaria aguja de granito en el sur de la Patagonia. Y se “supone” porque Toni Egger, el compañero de Maestri pereció alcanzado por una avalancha mientras buscaba una de las cuerdas fijas para el descenso  y con él, se perdió la foto de cumbre que llevaba en su mochila.  En 1968 una cordada quiso repetir la vía y al parecer la descripción de Cesare no coincidía con lo vivido por esta cordada, luego un poco más tarde, en 1970 y por otra ruta, otra cordada italiana tuvo que dar la vuelta a 250 metros de cumbre y ya planteaban la duda sobre el logro de Maestri. El follón empezaba a fraguarse.
Maestri anuncio que volvería al Torre y esta vez abriría por su cara más difícil en vez de repetir la supuesta vía ya abierta. En junio de 1970 Cesari  alquiló un helicóptero, lo cargo con el material necesario y se volvió a embarcar en la aventura. Entre su material también llevaba un compresor de gasolina cortesía de una empresa italiana Atlas Copco. Este le permitió agujerear la pared en sus secciones más difíciles para incrustar clavos y así abrirse camino, no obstante y después de 54 días tuvieron que abandonar, aunque volverían; el 2 de diciembre de 1970 a las cuatro y media de la tarde concluyó su vía, comenzando así, uno de los mayores debates en cuanto a escalada se refiere, debido a la utilización masiva de anclajes.
El libro nos narra la aventura de David Lama liberando esta preciosa aguja patagónica, su motivación, los problemas con los que tuvo que lidiar, acusaciones por la utilización de más anclajes para su equipo de rodaje, su cambio de mentalidad, sus intentos hasta conseguir su objetivo, etc. Toda la historia o imaginamos que gran parte de ella, vista por los ojos de este escalador de padre nepalí y madre austríaca nacido en 1990 que como muchos otros  un día se propuso un reto.

Ahora sólo queda ver la peli grabada por uno de sus patrocinadores, sobre esta aventura.

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