Al final no fueron todos los que querían,
pero estábamos los necesarios, o sea dos, y mientras por nuestras orejas aún
sonaba alguna tos repetida ¡ojú, ojú! y nombrando a alguno que estaría poniendo yogures bien colocaditos, nosotros, decidíamos la elección de vías y tocó
dejarme llevar, así que ¡¡al ataqueee!!
La primera en abordar fue Bella y Graciosa Moza, con una entrada
de 6a que hubiera preferido cogerla en caliente, pero pa’ arriba tiramos hasta
llegar al clavo de la primera R, que hay que reforzar. El segundo largo tiene
sus pasitos y difícil de proteger. El tercero, que aunque tiene buriles, el
primero aleja un tanto, aunque si le sales por la derecha te será más fácil alcanzarlo,
eso sí, no te caigas antes porque te comes el factor 2 de lleno, es una placa
curiosa en cuanto que debes ir fino y hacer buenas elecciones de los agarres y
los movimientos.
Ya en el último largo se hace una travesía a izquierda con
poco donde meter, tendrás que usar la imaginación para poner algún seguro en
ese tramo y alguna cosa pequeña para la última parte.
Tras descartar otras vías, al final optamos por
la Vía del Techo, y empiezo con un
largo de V+ expuesto, hay muchas piedras sueltas y sólo puedo poner dos
cacharros antes de llegar al clavo y una vez superado éste, me vuelvo a
encontrar con un diedro tumbado bastante roto que vuelvo a destrepar pues no le
veo color, ya que el último seguro está sólo un poco más arriba del clavo y no
veo ni buriles ni reunión ni naa, así que le comento al compañero que no lo veo
y me planteo ir hacia la vía Desface donde monto una R súper incómoda con cacharros y mientras lo hago veo que es
posible hacer una travesía hacia el otro lado, así que cuando llega David lo
hablamos y se lanza a por ello.
Yo salgo entumecida de la reunión colgante y
del solajero que nos estaba dando de lleno, y resuenan unas palabras desde el otro
lado “salvando las distancias me recordó a la travesía de la Rabadá y Navarro”
y lo dice súper contento y emocionado, así lo vive él, jeje, que buenos
recuerdos de ese viaje, pues na, cuando llego al primer buril, no sé si seré
capaz de sacar el techo, el cuerpo no me acompaña, pero el animador local que
me traigo me fortalece y me empuja, así que al final salgo a por él y saludo a
mis estribos que hacía tiempo no cogían sol. Sigo las secuencias, los clavos y
los buriles no tienen buena pinta, pero consigo salir del techo ¡¡el palancote
hermano, qué palancote!! Jajaja, (hacemos recuerdo de esas palabras) y continúo
con mis tenis hasta arriba, ya no quiero ponerme los pies de gato, nos arden
los pies a ambos y la verdad que el techo me deja buen sabor de boca y me viene
a la cabeza una foto de Santi.
El último largo y digo último porque David empata
los dos, algo a lo que ya nos tiene acostumbrados jiji, así que ya a mí, sólo
me queda ir recogiendo el material, bueno el poco material que éste “motivador” coloca por el canal, supongo
para que no le tire tanto la cuerda.
Un día completito y disfrutado hasta el final
y además con cierto olor a eucaliptus.
Tortuga
2 comentarios:
Lo más grande!!!
Ese techo me lo anoto, pa cuando termine el de casa, ;-) y me deje el hombro.
Un abrazo y besos
Lo más grande!!!
Ese techo me lo anoto, pa cuando termine el de casa, ;-) y me deje el hombro.
Un abrazo y besos
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