El Diablillo en Las Cañadas del Teide

Quieras o no, o por lo menos en mi caso, me imponía un poco ir con este personaje del mundo del artifo, pero como en todo en la vida buscamos las fórmulas, nos damos un toque en el pecho y arrancamos para encontrar el camino. Aunque los pitones se oxiden, él, al ser diablillo del acero, sabe forjar los pitones en la lava, y nuevas líneas por las que has pasado mil veces, no las habías visto con esos ojos de atrevimiento.

Frío, decía yo, frío a la sombra y nos tocó uno de esos días, en que tan abrigados, vamos rechinando por habernos puesto los pantalones de “invierno” Y mientras la locura va revoloteando entre estribo y estribo, se oye ¡Ayacata Men! a lo que se responde ¡Las Cañadas Woman! je, je, ascendemos con la sonrisa del disfrute, vía Baez-Alom en las Placas de Guillermo.

Un primer largo de fisura pequeña en la que los “amigos” se van encajando uno tras de otro, agradable de hacer aunque busco la rapidez para no volverme loca con el material que no es el mío, pero se deja querer. Ya viene el Pelut recogiendo el material y según llega a Reu quiere partir, es así, un jiribilla en busca de tocar su martillo y así lo hace, chapita recuperable a un buril antiguo, cacharritos que van, clavitos encontrados y otros que hay que poner en el último tramo, estribos que vuelan como si pasaras una hoja de libreta revolotean por una pared rojiza que se hace hermosa con su verticalidad.

Lo dice, le ha gustado, uf ¡menos mal! Me alegro de que en su último día se fuera con buen sabor de boca y de plumas, jiji, Buen compañero de cordada, en la que una, se siente una más aunque él tenga más medallas que yo, al final la cosa se sigue confirmando, la pared une y es tan bueno encontrar gente humilde y sencilla. Gracias Pelut por poder seguir creciendo como escaladora y como persona.

Carcajadas en un coche, mientras se escucha a una chiquilla hablar… y ya sabes, no vayas al Monte de los Olivos que allí te clavan, jajajaja.

Gracias ¡machango!, gracias ¡diablillo!

Tortuga